Ya le dimos una repasada a Striking Vipers, así que hoy vamos echándole un ojo al segundo capítulo de la quinta temporada de Black Mirror. Al igual que todos los episodios, está escrito por Charlie Brooker, creador de la serie y dirigido por James Hawes, quien ya había dirigido el episodio "Hated in the Nation".


Protagonizado por Andrew Scott (Moriarty en Sherlock), Brooker nos trae otra historia un poco más en la vena del primer par de temporadas, un leve reflejo de "National Anthem". La historia sigue a Chris (Andrew Scott), quien trabaja para Hitcher, una app de transporte y quien pasa varias semanas esperando encontrar a alguien que trabaje en Smithereens, una red social.


Después de acechar el edificio, finalmente encuentra a alguien y lo secuestra con una sola demanda, hablar con Billy Bauer (Topher Grace) el creador de la app. A partir de aqui es donde entramos en lo que será el grueso del episodio, donde todo se desarrolla en un prado en el que Chris tiene secuestrado a Jaden (Damson Idris), el indefenso interno de Smithereens.




A todos nos pasa


La idea principal del episodio le llegó a Brooker a través de una situación personal en la que al menos un par de nosotros nos podemos identificar. Durante un viaje conseguido a través de una app, Charlie Brooker se perdió en la pantalla del celular, perdiendo la noción de a donde iban en el camino, cuando se dio cuenta, el conductor había parado para recoger un agua de la cajuela.


Si bien el incidente no pasó a mayores, fue una situación lo suficientemente aterradora para echar a volar la imaginación del escritor y sentar las bases para este episodio. Mientras Jaden se encuentra en su celular, Chris aprovecha y el secuestro comienza, un par de oficiales notan algo raro y al perseguirlos se dan cuenta de lo que sucede.



De aquí en adelante, el episodio se convierte algo en lo que los expertos en televisión y fans de Community identifican como un bottled episode, en el que principalmente veremos lo que ocurre dentro del automóvil y ganamos un poco de contexto con los policías viendo la situación desarrollarse y la gente de Smithereens tratando de contactar a Billy Bauer.


La misma naturaleza de la trama hace que el peso del éxito y el fracaso caiga sobre las actuaciones y vaya que Andrew Scott es bueno. Si lo han visto como Moriarty en Sherlock ya tendrán la idea pero sin duda lo mejor del episodio es su actuación. Desde el comienzo del episodio y los momentos mas tensos, se puede palpar la desesperación, la tristeza y la melancolía del personaje, Scott lo hace de maravilla.


Topher Grace realmente no se queda atrás y aunque sigue siendo difícil sacudirse esa imagen de Erick Foreman realmente cumple con creces y en todo momento parece un tech guru. Su interacción con Chris es perfectamente empática y termina por hacer redonda la actuación de Andrew Scott.


Están bien peligrosas la redes sociales


Si bien Black Mirror usualmente ha tenido esa vibra de que la tecnología usada incorrectamente nos puede traer algunas consecuencias desagradables, siempre es mejor cuando da un vistazo a como la sociedad se relaciona con la tecnología.


De formas no muy sutiles, los personajes y las situaciones dictan como, al menos en esta ocasión, Smithereens contiene un montón de información personal y de como crean una misma distracción en la sociedad. Específicamente, cuando la compañía logra hacer un perfil psicológico del secuestrador basado en la información que postea en linea antes que la policía tenga oportunidad de si quiera acercarse.



La forma en la que los compañías usan nuestros datos jamás dejará de ser importante o relevante, pero después de Mark Zuckenberg en el congreso, realmente no se siente que la serie tenga el mismo peso. Vaya, que el asunto en Black Mirror ya se siente como una adaptación de algo real y realmente le quita un poco el impacto.


Tal vez el punto alto en la serie es cuando Chris le confieza a Billy Bauer que todo es culpa de Chris , fue el quien produjo su tragedia y si bien puede que las redes sociales tengan features para darte un sentido de adicción, las responsabilidad siempre debe caer primer en el usuario.


¿Cómo se compara?


Dentro del gran esquema de la vida y de los episodios de Black Mirror, Smithereens cae en ese limbo de episodios medianones. Charlie Brooker tenía buena media idea y es exactamente lo que el episodio da. La actuación sublime de Andrew Scott no alcanza para meterlo entre los mejores de la serie.


Por otro lado, que se sienta ya como algo viejo o completamente real también le quita un poco de impacto, aunque esté bien el alejarse de cosas baratas y que apantallen sin sustancia, tal vez algo necesitaba para poder quedarse grabado en la memoria del espectador.