No puedo decir que siempre he sido el fanático más grande los Fantastic Four. Comencé a leer cómics a una edad un poco más grande que la mayoría, ya bien entrados mis 17 o 18 años, gracias a que Televisa comenzaba a imprimir Daredevil aquí en México. Si bien, como casi cualquier niño, crecí con el Batman de Bruce Timm y la serie animada de Spier-Man de los noventas, nunca me había acercado a la lectura.


Cuando más comenzaba a adentrarme en este mundo, mi única referencia eran aquellas desastrosas películas de Fox, así que poco o nada me llamaba la atención un cómic de los Fantastic Four. Entre mas entraba y como suele pasar, además de personajes comencé a conocer nombres de autores y como supongo a muchos, Mark Millar fue de los primeros en dejar huella en mi cabeza. Cuando me enteré que "el equipo detrás de The Ultimates" estaba realizando la serie regular, mi interés comenzó a crecer.



Y así fue como comenzó, esas historias comenzaron a captar mi interés pero la llegada de Jonathan Hickman a la serie es algo que me tendrá marcado por mucho tiempo. Hasta el día de hoy, pocas series las he disfrutando tanto como esa. Siendo totalmente nuevo y al mismo tiempo honrado a la gente que participó antes que él, mi nuevo amor había nacido.


Después de ahí, las cosas decayeron un poco. Llegó Matt Fraction al título, seguido de James Robinson. Las bajas ventas y el hecho de no tener los derechos de la franquicia para explotarla en otros medios, orillaron a Marvel a cancelar la serie regular después de Secret Wars, en el que al final; Sue, Reed, Fanklin y Valeria se irían a explorar el Multiverso, dejando atrás su lugar de origen. Ahora, tres años y tres meses después, tenemos de regreso a la primer familia en una serie regular.



Esta semana, de la mano de Dan Slott y Sara Pichelli tenemos este nuevo número uno que promete regresar a los Fanastic Four al centro de Universo Marvel. Johnny Storm y Ben Grimm han pasado un par de año perdidos, de título en título sin encontrar esa familia a la que deben de pertenecer, pues bien, es hora de regresar a casa.


Dan Slott entrega un primer número que logra reflejar el estado actual de Johnny Storm y Ben Grimm, el primero, aún con la esperanza de ver a su familia y el segundo, ya resignado y derrotado. Durante todo el número, Slott nos entrega pequeños pedazos de esperanza, desde el primer anuncio en el cielo, con el que a Johnny Storm se le agranda el corazón de felicidad por la idea de tener a su familia de regreso hasta la esperanza de un mejor futuro, con Ben proponiéndole matrimonio a Alicia Masters.


En un par de páginas a modo de flashback, vemos una aventura tan natural que el regreso se siente cerca pero aún no está ahí. Es hasta el final, cuando Human Torch, finalmente se da por vencido, cuando estalla en llanto por la impotencia y cuando la esperanza se ha desaparecido, es cuando finalmente pasa, desde alguna parte del Multiverso se enciende un cuatro en el cielo y es cuando todos lo sabemos, están de regreso.



Para mi es extraño hablar de un número uno así. Tal vez muy poco pasa, incluso, el cómic tiene una tira con protagonizada por Impossible Man quejándose de que para ser el primer número ni siquiera han regresado de verdad. Pero en la esperanza yace todo. La esperanza de que una vez más, los Fantastic Four están de regreso, de que Ben Grimm finalmente podrá vivir feliz al lado de Alicia y la esperanza, como siempre, en Reed Richards, el hombre que puede hacer lo imposible.


Esta reseña la escribo con el corazón, porque tengo la esperanza de que en verdad, The Greatest Comic Magazine! esté de regreso entre nosotros.