Dentro de toas las encarnaciones de Superman, las versiones alternas como Red Son y All Star Superman suelen ser entre las mas mencionadas. Dentro de estas versiones, existe Secret Identity, una versión mas personal del personaje con una visión que se centra más en lo humano. De la pluma de Kurt Busiek y con el arte de Stuart Immonen, llegó esta miniserie de cuatro números que se publicó allá por el lejano año de 2004.


En un mundo donde los superhéroes existen solamente en revistas, los padres de un niño -apellidados Kent - en un pequeño pueblo de Kansas , deciden llamarlo Clark, como aquel entrañable personaje de las historietas. Años de burlas sobre el nombre, el pequeño Clark parece no acostumbrase, hasta que un día, de la nada, comienza a manifestar los mismos poderes que aquel ser de ficción al que hace referencia su nombre.



A pesar de las constantes burlas y molestias de sus compañeros, Clark nunca es presentado como la víctima pero desde el principio se nos hace ver como es una persona introvertida, que valora su tiempo a solas y nos cuenta todo a través una vieja máquina de escribir. Su poderes lo orillan a cumplir el mismo cometido que su contra-parte ficticia, por lo que decide utilizar sus poderes para ayudar a la gente, también manteniéndose en el anonimato.


Busiek decide contar la historia completa del personaje en estos cuatro números, en lugar de concentrarse en un evento específico en su vida, pero cada número si concentra y refleja un momento en la vida del personaje. Cada capítulo da un salto en el tiempo pero gracias a que Clark es el narrador de su propia historia, siempre es fácil ponernos al día y no sentir que nos falta un pedazo de su historia.



Grant Morrison siempre ha dicho que Superman es igual que nosotros, con los mismos problemas pero a una escala mayor. Si pasea a su perro, lo pasea en el espacio; cuando su familia viene de visita, viene desde otro Universo. En esta historia, Busiek muestra la otra cara del concepto, presentado a un Superman con problemas terrenales. El lidiar con la adolescencia, conocer al amor de su vida, la llegada de la paternidad y el ocaso de la existencia.


La naturaleza introvertida de Clark, sumada a su poderes extraordinarios, hacen perfecta analogía al estado alienígena de la versión original del personaje. Siempre viendo todo desde afuera, siempre cuidándose la espalda de que alguien pudiera descubrir sus poderes. Es curioso, dentro de la historia original, el apoyo de los padres tal vez dio un poco más de seguridad a Kal-El, pero en esta historia, el mantenerlo oculto todo el tiempo solamente provoca que el personaje se meta más en si mismo.


Secret Identity cambia la forma clásica, no es un extraterrestre que se acostumbra a la vida a la Tierra y tiene que vivir con una dualidad, es un humano que comienza a alienarse por sus talentos y que esto le causa ver la vida humana desde otra perspectiva, tal vez con un panorama mucho más amplio que el normal. La belleza de esta historia es la humanidad con la que se representa al personaje y que hace mucho más fácil relacionarse a él.



En propias palabras de Clark, el ser especial por tanto tiempo le quita, de alguna manera, lo especial. Simplemente lo hace una parte más de su vida, lo mundano se mantiene y a pesar de los poderes es imposible mantenerse lejos del día a día. La humanidad de súper hombre hace que la serie triunfe y nos da un enfoque diferente del personaje pero que sigue siendo reconocible.


Todo el arte - incluido el color - está a cargo de Stuart Immonen. El dibujo parece estar no tan refinado y es básicamente puro lápiz, sin mucho trabajo de tinta. Esto, acompañado de colores no tan brillantes, le dan un poco de solemnidad a toda la historia. Como un gran recurso y en varias ocasiones, Immonen no colorea el fondo en su totalidad, algunas veces dándole el mismo color a algunos personajes, resaltando el primer plano en el que los personajes que interactuan resalten mucho más.


Es una historia diferente del hombre de acero que vale la pena leer al menos una vez en la vida. Un enfoque diferente que es reconocible y que es fácil verse reflejado en ella.