No cabe duda de que en los últimos años Netflix nos ha dado contenido para todos los gustos, y es que entre sus producciones originales encontramos superhéroes, dramas con tintes de telenovelas, series animadas para jóvenes y adultos, y hasta anime. Pero hay una serie de esta compañía que tiende a ganarse más encabezados que las demás: BoJack Horseman. Y es que, desde su estreno en agosto de 2014, BoJack ha sido muy bien recibida por críticos y audiencia por igual, valiéndole el estreno de su quinta temporada el pasado 14 de septiembre de 2018.


La serie ocurre en un mundo habitado por humanos y animales antropomórficos, esta sigue al personaje titular, BoJack (Will Arnett), un actor cuyo mayor logro fue protagonizar una comedia situacional de los años 90, y quien ahora busca volver a la fama mientras lidia con los problemas que su falta de estabilidad emocional traen para él y quienes lo rodean.


Personajes protagónicos de la serie. De izquierda a derecha:   Diane Nguyen (Alison Brie), Todd Chavez (Aaron Paul), BoJack Horseman, Princess Carolyn (Amy Sedaris) y Mr. Peanutbutter (Paul F. Tompkins). Fuente: The Daily Dot.

Personajes protagónicos de la serie. De izquierda a derecha:Diane Nguyen (Alison Brie), Todd Chavez (Aaron Paul), BoJack Horseman, Princess Carolyn (Amy Sedaris) y Mr. Peanutbutter (Paul F. Tompkins). Fuente: The Daily Dot.





A través de situaciones que parodian y critican los valores de Hollywood y la industria del entretenimiento la serie desarrolla argumentos relacionados con las diferentes facetas de la tristeza, abordando temas como la ansiedad, el síndrome del impostor, la demencia senil, entre otros. Es quizá esa crudeza, sin dejar de lado el humor, con que cada episodio presenta las vivencias de sus personajes lo que ha hecho de Bojack una serie digna de reconocimiento.


La quinta temporada es un claro ejemplo de que Raphael Bob-Waksberg, creador de la serie, entiende el camino que han tomado sus personajes, no tiene dudas sobre lo que está haciendo y sabe cómo hacerlo mucho mejor. La trama comienza un poco después de donde la cuarta temporada nos dejó: BoJack participa en la filmación de Philbert, una nueva serie televisiva creada por el pretensioso Flip McVicker (Rami Malek) y coprotagonizada por Gina Cazador (Stephanie Beatriz), quien se convertirá en el nuevo interés amoroso de BoJack.


Homenaje a Ralph Carney, famoso saxofonista y coautor del tema “BoJack Horseman”, durante la apertura del primer episodio de la quinta temporada. Fuente: Netflix.

Homenaje a Ralph Carney, famoso saxofonista y coautor del tema “BoJack Horseman”, durante la apertura del primer episodio de la quinta temporada. Fuente: Netflix.



La serie entiende perfectamente lo que es, ahora más que nunca, y eso le permite probar nuevas y brillantes ideas de la mano de sus escritores. Algunos ejemplos son: un episodio narrado por Diane a manera de una entrada de blog, un discurso de BoJack con una duración de 20 minutos en el que mezcla aspectos de monólogo con comedia en vivo, y un episodio en el que seguimos a Mr. Peanutbutter y a cada una de sus parejas durante una fiesta anual de Halloween con 25 años de historia.


En su mayoría el humor sigue siendo brillante, pues además de las clásicas referencias televisivas (que incluyen un par de chistes sobre Doctor Who, el famoso programa de la BBC), la serie tiene ahora suficiente material para comenzar a referenciarse y criticarse a sí misma, volviéndose ligeramente meta. Un discurso de Flip cerca del final de la temporada nos hace cuestionarnos por qué nos mantenemos pendientes de personajes como BoJack, a quien conocemos lo suficiente para saber que jamás será bueno y no dejará sus vicios autodestructivos.


¿Será un momento de introspección para BoJack? Fuente: Netflix.

¿Será un momento de introspección para BoJack? Fuente: Netflix.





Entre todo lo bueno que esta temporada trajo consigo a veces podemos perder visión de aquello que no estuvo tan bien elaborado, y con eso me refiero a

Todd Chavez. Al final de la tercera temporada, Todd se descubre a si mismo como asexual, algo que es explorado durante la temporada siguiente dando buenos resultados a lo largo de varios episodios. Esta vez pareciera que la visión de los escritores no supo aprovechar a este personaje, relegándolo a momentos cómicos simples y a veces ligeramente forzados, que aportan poco o nada en el desarrollo de la trama principal.


Al terminar una temporada más de este programa, quizá una de las mejor ejecutadas hasta ahora, puedo concluir que la espera valió la pena. BoJack sigue siendo una de las series de culto más estables y queridas en Netflix, y aunque los fans estén pensando ya en teorías de lo que pueda ocurrir en una sexta temporada, algunas muy oscuras, yo me quedo con una interrogante:


Desear el bienestar de un personaje como BoJack, que ha dañado permanentemente la vida de muchos, ¿en qué clase de personas nos convierte?