Allá por febrero del 2010, llegó a Vertigo un proyecto de mano de dos hermanos brasileños. Daytripper llegó a la imprenta de DC de la mano de Gabriel Bá (The Umbrella Academy) y Fabio Moon (Casanova) como una historia de la vida. Si bien a lo largo de la historia, lo cómic se han encargado de ser en parte reflejo del mundo actual y en parte una válvula de escape a nuestra realidad, pocas veces el acercamiento es tan familiar como en esta serie.
Bien dicen los creadores que la forma más sencilla de resumir la trama es decir que trata de "la vida". Una referencia muy amplia y vaga pero que realmente se apega fuertemente a la historia que cuentan.El cómic nos narra la vida de Brás de Oliva Domingos, un escritor brasileño que se especializa en realizar obituarios en el periódico y vive un poco a la sombra de su padre, un afamado escritor.
En diez números se nos cuenta a grandes rasgos la vida de Brás, desde sus momentos como niño hasta sus años de retiro, disfrutando la vida junto a su esposa. Esto puede no sonar tan interesante, pero la historia contiene un giro al final del primer número y que se repite con los siguientes. Cada uno de los diez números termina con la muerte Brás, de alguna u otra manera, en diferentes etapas de su vida.
Aunque suene una especie de spoiler, el saberlo no afecta realmente a la trama y el que pase es donde yace la belleza de este cómic. Nada se nos cuenta en una forma cronológica lineal. Pasamos de Brás en sus treintas a su adolescencia, su juventud y su niñez sin ningún orden aparente, pero en todas leyendo pequeños retazos de una vida en la cual, si leyéramos un solo número, no sabríamos quien fué o quien será nuestro protagonista, pero se nos deja en claro quien es.
Cada capítulo cuenta una historia memorable en la vida de Brás y asi como es la existencia misma, no todos son felices, no todos terminan bien pero cada uno deja su propia huella. La naturalidad y cotidianidad de todo hacen que sea fácil identificarse y verse reflejado. Así como la mayoría, Brás no vive algo extraordinario, no tiene grandes aventuras, al igual que la mayoría de nosotros, Brás, simplemente, vive.
El morir al final de cada capítulo ejemplifica lo frágil que es la vida y al leerlo es imposible no meditar sobre tu propia mortalidad. Fuera de la tristeza y pena que la suelen acompañar, aquí se utiliza para sellar un momento en la vida. Morir después del primer beso, después de descubrir al amor de tu vida o intentado salvar a un amigo. La fatalidad hace que este momento quede como algo eterno e inamobible, aunque uno no lo sea.
Cada muerte es acompañada de su respectivo obituario, que funge como una descripción de quien és al momento de su muerte. Sin importar quien fué o quien será, al igual que los momentos, la muerte sella la imagen que proyectamos a los demás. Se nos recordará por quien éramos al momento de morir, no por quien pudimos haber sido o por quien fuimos.
El cómic logra hacer que la mortalidad se sienta como lo natural que en realidad es. A diferencia de otros escritos o productos en el que se nos invita a ver la muerte a los ojos, no tiene ese sentimiento de querer hacer cada momento memorable. No te invita a dejar tu trabajo e ir a conocer otros lugares ni a aprovechar la vida al máximo. Pero si te hace ver que todos los momentos, aunque no lo parezca, son igual de relevantes.
La mayoría de la serie esta dibujada por Fábio Moon, pero es imposible no notar que la narrativa corre a travése ambos hermanos. Cuando uno peinsa en historieras es fácil imaginar un par de super humanos peleando, pero la manera en la que los gemelos retratan la vida diaria es simplemente hermosa. Todo acompañado por los colores del veterano Dave Stewart. Entre todos, logran retratar una realidad en la que es fácil verse reflejado.
Daytripper es un cómic redondo como pocos. Una lectura casi obligada que a pesar de la trama, te dejará con una sensación de satisfacción al darle vuelta a la última página.